En la carrera 30, entre la calle cuarta A y la calle quinta, existe una propiedad privada que ha sido objeto de controversia en los últimos años.
Aunque solía ser una discoteca popular, hoy en día es un lugar peligroso y desagradable, utilizado por delincuentes y habitantes de calle como un botadero de basura y un lugar para hacer sus necesidades.
Los residentes y transeúntes han expresado su descontento y preocupación debido a la falta de seguridad y el mal aspecto de la propiedad.
La comunidad se ha visto obligada a pagar para que alguien retire la basura y evitar la contaminación. A pesar de esto, no ha habido ninguna intervención de las autoridades para solucionar esta situación problemática que ha empeorado con el tiempo.