By Los paros armados del ELN, el coronavirus y ahora los decretos municipales; tienen en cuidados intensivos al comercio de Aguachica.
Nuevamente las puertas de los diferentes locales tuvieron que cerrarse, esta vez por orden de la administración municipal que busca reducir la velocidad con que se propaga el covid19 en la localidad.
Ante el sorpresivo anuncio del alcalde en la tarde del viernes, a los comerciantes sólo les quedó la opción de fijar letreros dando a conocer sus números de celular para intentar vender sus productos a domicilio; ya que la mayoría no han migrado a las plataformas virtuales.
El sector comercio tampoco ha hecho uso de los medios de comunicación del municipio para impulsar sus ventas; muchos manifestaron que ante la reapertura ordenada por el gobierno nacional hicieron préstamos para surtir y ahora este cierre por 7 días los pone de nuevo contra las cuerdas.
En el primer día de toque de queda cerca de un 90% de los locales permanecieron cerrados, tímidamente sólo algunos comerciantes llegaron hasta sus establecimientos para despachar los pedidos pero su margen de ventas se redujo considerablemente.
Los autoservicios, restaurantes y droguerías son entre otros los únicos negocios que han logrado consolidarse a través de domiciliarios; sin embargo el toque de queda también disminuye su flujo de caja.
Aunque no se ha conocido un pronunciamiento de líderes gremiales, se escuchan propuestas para no clausurar el comercio entre las que se cuentan establecer una jornada de atención de 6 horas o una modalidad 4 – 3 como la que ha implementado Medellín que consiste en trabajar de lunes a jueves y toque de queda viernes, sábado y domingo.
De la mano del cierre del comercio formal, también se perjudican los vendedores informales, estacionarios y ambulantes que viven del rebusque diario y hoy están en la incertidumbre ante los 6 días que restan del toque de queda.
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