Cuando la pandemia llegó, el Gobierno Nacional comenzó a distribuir diversos incentivos a la población más necesitada, como el Ingreso Solidario. Sin embargo, hasta diciembre del año pasado, estas personas recibieron su último pago, dejando en una situación desesperada a cientos de ciudadanos que dependían de este apoyo financiero.
Un caso concreto es el de la señora Rosalva, una persona discapacitada que vive sola en su pequeña casa en el barrio Villa de Dios.
Personas como ella, que no están incluidas en programas como Colombia Mayor u otras formas de asistencia, ahora deben depender de la ayuda de sus hijos o de la caridad de quienes viven en su entorno para subsistir.