En el sector del polideportivo de ferias en Aguachica habita una señora de la tercera edad llamada María dolores Guerrero, quien está preocupada por la ubicación de varios panales de abejas en los arboles por donde ella debe movilizarse.
María dolores todos los días cruza esta vía principal para ir a las canchas a vender agua en bolsa, ese es su trabajo con el que sostiene a su nieto de 8 años y a ella. En su afán que estas abejas sean alejadas de la zona, hace el llamado a la defensa civil y al cuerpo de bomberos para que visiten el sitio y se apersonen de la problemática.
Investigando sobre estos insectos, se conoció que las picaduras de abeja, avispa y avispones causan dolor inmediato y un enrojecimiento de la zona, hinchada y a veces pruriginosa, de alrededor de 1 cm de diámetro, una persona normal puede tolerar sin problemas veinte picaduras por cada kilogramo del peso corporal. Esto significa que un adulto podría soportar más de 1000 picaduras, mientras que 500 picaduras podrían matar a un niño